La realidad de los watchwinders
Los guardatiempos son mucho más que simples cajas elegantes. Son como asistentes personales que mantienen tus relojes en marcha, incluso cuando no los llevas puestos.
La mecánica de un watchwinder
¿Te has preguntado alguna vez cómo funcionan estos dispositivos? Pues la verdad es que su mecanismo es fascinante. Los guardatiempos emplean motores para rotar suavemente el reloj, simulando el movimiento natural de la muñeca. Así se mantiene el muelle real cargado y el reloj listo para funcionar.
La mayoría de las devanaderas te permiten ajustar la dirección (sentido horario, antihorario o los dos) y el número de rotaciones diarias. Esto es especialmente importante porque cada reloj tiene sus propias necesidades. Algunas piezas de lujo, como el Rolex Daytona o el Patek Philippe Nautilus, tienen requisitos específicos de cuerda.
Encontrarás guardatiempos con una o varias ranuras. Si tu colección no para de crecer, un guardatiempos múltiple puede ser tu mejor baza.
Ventajas para tu reloj
Entonces, ¿por qué molestarse en usar un guardatiempos? La clave está en mantener tu reloj en plena forma. Cuando un reloj automático está parado, sus aceites pueden empezar a espesarse o sedimentarse. Esto puede reducir la precisión de la hora o incluso dañarlo con el tiempo.
Un guardatiempos lo mantiene todo en movimiento, ayudando a distribuir los aceites y evitando que se apelmacen. Es como darle a tu reloj una sesión de gimnasio diaria.
Además, si eres de los que cambian de reloj a menudo, con un guardatiempos te ahorrarás el tener que reajustar la hora y la fecha cada vez. Es un verdadero ahorro de tiempo, sobre todo con relojes complicados.
Imprescindible para calendarios perpetuos
¿Tienes un reloj con calendario perpetuo? Entonces, no solo es recomendable tener un guardatiempos, sino que es prácticamente indispensable. Estas joyas complejas, como el A. Lange & Söhne Langematik Perpetual o el IWC Portuguese Perpetual Calendar, son maravillas de la relojería, pero ajustarlos puede ser un auténtico quebradero de cabeza.
Sin un guardatiempos, si tu reloj con calendario perpetuo se detiene, puede que tengas que desempolvar el manual (o, peor aún, visitar a un relojero) para ponerlo todo en hora de nuevo. Un buen guardatiempos lo mantiene en marcha, evitándote ese engorro.
Además, te asegura que siempre podrás coger tu reloj y lucirlo con la fecha, el día, el mes e incluso el año bisiesto correctos. Es como tener un pequeño mago del tiempo a tu servicio las 24 horas del día, los 7 días de la semana.