Historia y orígenes: El pionero frente al perturbador
El Oysterquartz se lanzó en 1977, una bola curva impulsada por el cuarzo de una marca conocida por la perfección mecánica. Fue la respuesta de Rolex a la Crisis del Cuarzo: una rebelión en acero y oro. Se mantuvo prácticamente sin cambios durante casi 25 años, ¿y ahora? Es un favorito de culto entre los que saben.
El Land-Dweller, en cambio, acaba de salir de los laboratorios Rolex. Lanzado en 2025, no llegó con nostalgia, sino con visión. Aunque muchos lo describen como una fusión del ADN de Explorer, Datejust y Oysterquartz, la ejecución es mucho más refinada. El lenguaje de diseño es nítido, moderno y deliberado, especialmente con su brazalete totalmente integrado y su esfera de nido de abeja. Sin embargo, desde un punto de vista puramente estético, no reescribe las reglas de Rolex. Lo evoluciona, sí, pero no sorprende. La innovación reside más en la construcción y el movimiento que en abrir nuevos caminos visuales.