Movimiento y precisión
Ahora, entremos en el corazón del reloj: el movimiento. Es lo que hace que tu reloj funcione, literalmente. Puedes elegir entre dos tipos principales: mecánico y de cuarzo.
Los movimientos mecánicos son como los clásicos discos de vinilo del mundo de los relojes. Son tradición y artesanía. Puedes elegir entre los de cuerda manual o los automáticos: los dos tienen ese factor genial de los pequeños engranajes trabajando juntos.
En cambio,los movimientos de cuarzo son como la música digital. Son muy precisos y requieren poco mantenimiento. Además, suelen ser más asequibles.
En cuanto a la precisión, busca relojes con certificado de cronómetro. Es como una insignia de honor que dice: "¡Eh, soy muy bueno dando la hora!".
Material y durabilidad
Quieres que tu reloj de lujo dure, ¿verdad? Ahí es donde entran en juego los materiales. Para la caja, el acero inoxidable es resistente y versátil. Pero si te sientes elegante, el oro o el platino son opciones clásicas de lujo.
El cristal que protege la esfera también es crucial. El zafiro es el estándar de oro: es superresistente a los arañazos. El cristal mineral está bien, pero no es tan resistente.
La resistencia al agua es otro aspecto a tener en cuenta. Aunque no seas buceador, es bueno saber que tu reloj puede aguantar un par de salpicaduras. Busca al menos 30 metros de resistencia al agua para el uso diario.
Heritage y prestigio de la marca
Seamos realistas: parte de la diversión de un reloj de lujo es el nombre en la esfera. Marcas como Rolex, Omega y Jaeger-LeCoultre llevan años contrándose y tienen una gran reputación.
Pero no se trata sólo del nombre. Piensa en la historia de la marca y por qué es conocida. Quizá te guste Omega por todo el asunto del alunizaje, o te encante IWC por sus relojes de piloto.
Pero recuerda que las marcas más recientes también pueden ser geniales. Algunas están cambiando las cosas con diseños frescos y tecnología innovadora. Se trata de encontrar una marca que hable de ti y de tu estilo.