Los tres grandes", "la santísima trinidad de los relojes" o "la santísima trinidad de la relojería suiza", independientemente del nombre, existe un acuerdo mutuo en que Vacheron Constantin, Patek Philippe y Audemars Piguet ocupan el podio de la excelencia relojera. Pues bien, ése era ciertamente el caso en los inicios de este concepto durante la década de 1970 (hoy en día hay muchos otros relojeros que pueden desafiar a este trío), una época de tumultuoso malestar para la relojería mecánica. El cuarzo se estaba imponiendo, muchas marcas heredadas estaban desviando su atención hacia otras oportunidades de negocio, mientras que otras simplemente se vieron obligadas a cerrar el negocio. Pero el trío de cabeza mantuvo su actividad y, por tanto, su prestigio, y con el auge del coleccionismo de relojes en la década de 1990, cada una de ellas fue aparentemente a más. Una de las más matizadas y menos discutidas de las tres es Vacheron Constantin. Se considera la elección del coleccionista pensante, y justo en la cúspide de los noventa, llamaron al Lemania 2310 -un calibre ébauche famoso por su adopción generalizada por muchos fabricantes de primera línea- para impulsar su última creación, el Les Historiques ref. 47101. Como sugiere el nombre de la serie, la colección Historiques se creó para rendir homenaje a piezas notables de su archivo. En el caso del 47101, Vacheron recordó los años 40 y el 4178, considerado uno de los cronógrafos más impresionantes, y punto. Las asas en forma de lágrima, las manecillas de metal, la escala taquimétrica, los pulsadores rectangulares y una mezcla de números árabes y bastón hacen de este cronógrafo de doble registro y tamaño medio la expresión suprema de la gracia de inspiración clásica. La serie incluye el 47101 y el 47111, que comparten la mayoría de atributos, sólo que con pequeños ajustes. Durante su vida útil, el metal más utilizado fue el oro amarillo, aunque también hubo una pequeña tirada de ejemplares con caja de platino. Las esferas se fabricaron en varios colores, desde el blanco roto al negro, pasando por el salmón cubierto. Se cree que sólo se montaron 300 relojes de platino, la mayoría con esfera plateada, unos 60 con esfera salmón y sólo 25 en una edición limitada con esfera negra destinada al mercado japonés.