El Royal Oak, piedra angular indiscutible de los relojes fabricados en serie de Audemars Piguet, es la razón por la que el panorama del mercado de los relojes deportivos de lujo es como es. Cuando Gerald Genta fue contratado para ayudar a Audemars Piguet en 1972, le dieron 24 horas para diseñar "un reloj deportivo de acero que nunca se hubiera hecho antes. Algo totalmente nuevo y resistente al agua". El resultado fue uno de los relojes más significativos creados y el catalizador de la transición del acero a la esfera del lujo. En los años posteriores a 1972, otras marcas de relojes empezaron a seguir su ejemplo y a dirigir su atención hacia el acero, hasta llegar a la situación actual del sector, en la que el acero suele ser más deseable que los metales preciosos. Pero Audemars Piguet es mucho más que un fabricante de relojes exclusivamente de tiempo, y no pasó mucho tiempo antes de que aumentara la demanda de un Royal Oak más complicado, lo que le brindó la oportunidad de recordar al mundo su destreza técnica. Animado por la fuerte demanda del mercado, en 1983, el Royal Oak Day-Date 5572 estrenó un Royal Oak de doble registro encajado en su recién lanzada caja de 36 mm de diámetro del mismo año. Capaz de ofrecer no sólo la hora actual, sino también la fecha y el mes, el éxito de este Royal Oak apuntaló su plataforma poco convencional. Producido en acero, oro amarillo, oro blanco y bicolor, el 5572 pasó a llamarse 25572 entre 1984 y 1985 y permaneció en la línea hasta finales de la década de 1990. Las cifras de producción de cada metal fueron parejas durante su vida útil, excluyendo las realizaciones de oro blanco, que representan menos del 1%. Gracias al 5572, se fabricó otro Royal Oak importante con fase lunar, el 5594, la referencia estándar más larga de la marca.